2008/11/21

El primer día

Llegué de un colegio donde nos conocíamos todos desde que éramos muy pequeños, al llegar al instituto, me encontré sola, sin ninguno de esos amigos y compañeros que tuve desde que era muy pequeña, veía personas que conocía, amigos, pero también personas que nunca viera.
Dejar el colegio fue tan duro como llegar al instituto, lleno de gente extraña que me impactaba, cambiar de clases para ir a diferentes asignaturas.
El primer día, el de la presentación, solo pisamos el instituto media hora, salí ilusionada, con ganas de probar todas aquellas cosas diferentes.
El viernes, segundo día, empezaron las primeras sensaciones, algunas de angustia por no conocer a la gente, ni conocer el lugar, pero en el fondo no era tan malo, fueron llegando los profesores y fueron llegando las primeras impresiones de ellos, un nuevo día acababa.
Después del fin de semana volvimos a pisar el instituto, y ahí me di cuenta de que una nueva etapa empezaba, llena de esfuerzo, para conseguir lo que quería. Era un lunes, todo el día de clase, un montón de asignaturas y profesores nuevos pasaban delante de mí. Llegó la tarde y dos horas más, llegué tarde a la primera y la angustia me llenó.
El martes me sentí más animada, más contenta con la clase, todo era diferente, pero aún así echaba de menos el colegio en el que tantos años estuve, así que salí en el recreo y me dirigí allí, regrese al instituto para ir a nuevas clases, mucho más animada. Los primeros trabajos, los primeros deberes, y ya teníamos cosas que estudiar.
Al día siguiente, otro día me esperaba, con ciencias para el mundo contemporáneo, hicimos una prueba de nivel, para que el profesor se hiciera una idea de todo lo que sabíamos, y me alegré al comprobar que no todo era tan malo como al principio me parecía.
Todo es muy diferente, muy complejo y a la vez muy sencillo, es difícil ver que estás creciendo, y que en tu vida hay nuevos obstáculos que tienes que afrontar y esta nueva etapa es uno de ellos.

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