2010/05/29

Made in... ¿Spain?

Desde que uno sale por la mañana de la ducha oliendo a “Esencias Herbales” y pasa por la cocina a saborear unas “Palomitas de Maíz”, ya se ha calzado sus “Vaqueros Pepe” y acicalado con “Diesel” así como fusilado cuatro palabras typical spanish.
Otra escena:
Diana coge su “Tierras de Roberto” para ir al trabajo pero ve que el sol le molesta y decide usar sus “Rayos-Prohibición Caminante”. El “Teléfono I” de “Manzana” suena mientras masca un “Tresdientes Explosión”. Toca descansar y, agotada, no le apetece cocinar, se pasa por el “Rey de las Hamburguesas” y pide un “Gran Rey” con “Toro Rojo” para acompañar. Llegan las 10 de la noche y, después de apagar su “Vida Buena”(LG), decide acostarse no sin antes comprobar su “E-correo” abriendo sesión en “Ventana”.
Un total de 10 fusilamientos en menos de 24 horas sin contar los que me dejo “on the road”. Mientras las chicas de hoy en día no seamos chachis sino cool, cómo pueden pretender que nos maquillemos con una barra de labios teniendo los gloss? No me sean posh.

Las lenguas necesitan modernizarse, adaptarse a nuevas realidades todavía por designar. Por eso existen los neologismos y tomamos prestadas gran cantidad de palabras que asimilamos sin cuestionarnos si ya tenemos una que se refieran al mismo concepto.

En los “pubs” escuchamos y chapurreamos música inglesa. Admiramos a sus representantes con ridículos “I love Hanna Montana” y soñamos con viajar a la cuna de la que nos parece la civilización del mundo sin saber que es a África a la que le debemos lo que hoy somos. Ya no existe el día de Todos los Santos, ahora es Halloween y Coca-Cola ha decidido que Papá Noel no nos traerá más regalos por navidad, lo relevará Santa Claus.

El castellano, como otras tantas lenguas, se está acomodando en la ley del mínimo esfuerzo. Si puedo copiar, ¿para qué voy a inventar? Lo poco que nos distancia ya de nuestros amigos americanos, entre otras cosas, son las barreras políticas. Las lenguas deben tratar de ser cada vez menos posesivas con sus hablantes. La globalización nos ha convertido en un todo y cada nueva palabra nos ayuda a empaparnos de la cultura ajena. ¿Que este siglo nos ha tocado el inglés? Pues no pasa nada, mañana será el turno del chino.

2010/05/28

"Party" o Party

Los anglicismos no son más que una pequeña prueba y otro ejemplo más de la enorme influencia que el poder tiene en este mundo. En cada época, la influencia del país hegemónico de turno se refleja de diferentes maneras. En el siglo XV, cuando reinaba Carlos V, España era el país cuya hegemonía rebasaba límites nunca vistos anteriormente. En aquel tiempo, lo que se llevaba era guerrear, y en la corte la riqueza y la opulencia ejercían su particular reinado. Pues bien, en las cortes francesa e inglesa de la Europa del siglo XV una de las mayores preocupaciones era vestir a la forma española, imitar nuestras costumbres no sólo en la moda, si no también en la guerra.

En la actualidad la hegemonía, a parte de América, la tiene la publicidad, y estas dos se compaginan, ambas consiguen integrarse en nuestro vocabulario y expresiones cotidianas, de tal modo que el que no las domine, como sucediera en la cote real francesa, no estará a la moda. Otro factor importante en la actualidad, como no, es la televisión. Esta no ayuda para nada a la lengua española, ya que con su masiva influencia lo único que consigue es hacer que la balanza se incline a favor del inglés y que este tenga una mayor presencia en nuestra vida cotidiana. Esto tendría un pase si el nuestro fuera un idioma pobre en léxico, pero resulta que se caracteriza por todo lo contrario. Algo que tampoco ayuda es ese complejo español, que hace que todo lo que venga de fuera sea superior y digno de admiración y alabanza. Eso es algo ya casi inherente a la condición de ser español. Vale que seamos educados y respetuosos con lo extranjero, eso por supuesto, pero un poquito de orgullo nacional no nos vendría nada mal.

Pues bien, mientras el bacon siga siendo un desayuno, el footing un deporte, los yuppies una profesión, y el lifting una vejez mal aceptada, nosotros mejor nos vamos de party y nos olvidamos de intentar cambiar lo irremediable, que es que la televisión , el inglés y la publicidad se alíen para cambiar nuestro lenguaje, porque por algo el único anglicismo que el corrector de esta redacción no me ha subrayado es este último, party...

2010/05/27

Palabras adoptadas y adaptadas

La influencia que ejerce el inglés, la lengua franca, se hace muy notoria en nuestro idioma. Con frecuencia, los españoles recurrimos a formas inglesas para expresarnos, sobre todo en los usos orales.
La incorporación de palabras procedentes de otras lenguas próximas es un fenómeno muy común, sobre todo cuando se trata de anglicismos. Las razones pueden ser de muy variada índole: por necesidad, éste es el caso de muchos países que toman del inglés palabras que no tienen, ya sea por la pobreza de su idioma o porque ven en el inglés un recurso muy útil ante el avance y desarrollo de algunos campos, como el de la economía, los medios de comunicación, la informática, los avances científicos y tecnológicos o el ocio, por lo que se ven forzados a echar mano de anglicismos para solucionar la escasez de léxico. Pero lo peor es que los españoles ostentamos el récord en modernizarnos. No sólo echamos mano de préstamos lingüísticos necesarios, sino que hemos adoptado los que no nos hacen falta.
En cuanto a los mass media, la prensa del corazón y el mundo del deporte son claros ejemplos de la presencia de términos ingleses, tales como celebrity, shopping, gloss, jeans o lifting, en lugar de las formas propias famoso/a, compras, brillo, pantalones vaqueros o operación estética.
En lo que al deporte se refiere, nos encontramos con palabras como goal, corner, football o shoot, pero a diferencia de las anteriores, el empleo de anglicismos en este campo tiene una explicación: los entendidos del fútbol, sobre todo tiempo atrás, justificaban su empleo afirmando que era mejor usar la terminología de su lengua de origen (el inglés), aunque con la llegada del régimen franquista se optó por sustituir los términos extranjeros por palabras propias del único idioma permitido: el español. Así, se crean nuevos términos como saque de esquina y se castellanizan otros como fútbol, chute y gol. En la actualidad, ambas formas conviven, pero el ansia de prestigio de los jugadores los impulsa a usarlos sin traducirlos.
Con respecto a la tecnología, muchos periodistas usan anglicismos porque creen que al traducirse pierden calidad e implican el empleo de un mayor número de palabras. Así pues, bluetooth (dispositivo de transmisión de datos sin cables) o blog (diario en la red) son ejemplos que evidencian la facilidad del inglés en este sentido.
También en informática aparecen anglicismos, siendo frecuentes en forma de calcos, como hard copy en vez de copia dura o port en vez de vía de entrada.
En economía, hay muchos préstamos lingüísticos, en gran parte debido a la globalización y al dominio del modelo económico inglés. Algunos como refinancing (refinanciación) se han adaptado a nuestro idioma, pero otros como holding, dumping, trust, stock o cartel han sido reconocidos oficialmente por la RAE.
En el campo del ocio también existe una tendencia a la utilización masiva de anglicismos, tendencia que aparece perfectamente reflejada en palabras como thriller, reality show o hobby, palabras en las que la forma española permanece marginada.
Todos estos son sólo algunos ejemplos que se hacen eco del enorme influjo que ejerce la cultura inglesa, destacando sobre todo el modelo estadounidense.
Estamos tan familiarizados con ellos que ni cuenta nos damos, es más, me atrevería a decir que forman parte de nosotros, de nuestro día a día. Pero es que si nos paramos un momento a analizar, cada vez que vamos al super y pedimos un red bull, lo que estamos diciendo es que nos den un “toro rojo” o cuando nos vamos de shopping al centro comercial de Orense, en la tienda que primero entramos es en “jersey y oso”. Decirlo en castellano sonaría un tanto absurdo, ¿verdad? Pues es lo que hay. Bueno, y ahora os dejo que todavía tengo que ir al Arenal a comprarme un “cabeza y hombros” y unas “órbitas blancas” que si no me cierran.






2010/05/26

Anglicismos

Después de este interminable curso espero ansiosa la llegada del veranito. Como viajar es uno de mis hobbies, ya he programado un par de escapadas que me hacen mucha ilusión. ¡Pero antes de nada hay que preparar todos los detalles! No sería un mal comienzo ir de shopping. He visto en una revista unos jeans de Pull&Bear que me encantan y además necesitaré muchos shorts (que vienen muy bien para el calorcito). La verdad es que esta temporada la ropa es muy vintage, dice mi abuela que le recuerda a sus épocas de juventud, es curioso. ¡Ah! Y que no se me olviden mis Ray-Ban, son indispensables.

Y bien, mi primer viaje es a Miami Beach con un par de amigos. Llevaba años deseando ir a Florida. ¡Allí viven un montón de celebrities y todo es súper cool! Además, es imposible aburrirse en la tierra de los yankees. Hemos hecho un pequeño planning para la estancia. Tenemos entradas para un concierto de Beyonce y llevamos pases VIP, ¡ojalá podamos colarnos en el backstage!
He oído que la fiesta en Miami no está nada mal así que tendremos que visitar los clubs nocturnos y aguantar hasta la happy hour. ¡Estos viajes sólo se hacen una vez en la vida!
Está claro que llegaré cansada del Burger King, sándwiches de bacon y iced-coffe. Todos sabemos que la dieta de los americanos no es todo lo equilibrada que debería. ¡Pero a la vuelta me pondré a hacer footing, y dieta mediterránea para recuperar mi figura!

Y lo más importante: ¡Los regalos! Ya tengo una lista que no deja nada que desear: un Mac para mi padre, un I-Phone para mi hermano y un Blackberry para mi madre. ¡Con esto de que en EEUU todo es mucho más barato me van a acabar arruinando!

2010/05/25

Spain is Different


A pesar de que el español es una de las lenguas más extensas y ricas en léxico, los de “La Piel de Toro” siempre hemos sido como los “nuevos ricos”: todo lo caro, nuevo y que viene de fuera nos parece mejor que lo “tipical spanish”. Y en cuestión de lenguas no podíamos ser menos: cuanto más “americanizado” esté nuestro vocabulario más cultos y finos seremos.
Esto se nota mucho en las marcas de artículos nuevos que aparecen en los medios de comunicación. Estoy segura de que muchas abuelas compran Vanish Oxiaction, Wipp Express o Skip pensando que sus ropas quedarán más blancas que lavándolas con el viejo Colón, que ya no está a la moda, (lo que implica una disminución de su eficacia, porque las manchas del ketchup de ahora son muchísimo más difíciles de quitar que las de la salsa de tomate de antes)
Como buen seguidor de la última tendencia, no puedes tener un móvil de una marca española, con nombre español (porque eso no es cool), debe ser un I-Phone, una Blackberry, o, como mínimo, un Nokia Navigator, (de la compañía Orange, por ejemplo).
Si te apetece pasear por la calle, debes recordar que eso ya no se hace, ahora lo más in es hacer Jogging o Footing paseando a tu Bull-dog, con unas medias Golden Lady de esas que a la modelo le quedan tan bien... Y si es verano no te olvides de comprar Air Wick para que ambiente tu hogar. Después puedes tomarte algo en una cafetería, pero si lo que ingieres es Red Bull, Nestea, o Burn, seguro que la parada se te hace más amena que bebiendo una simple agua...
También podemos encontrar al típico español “pijo” que va a ver los toros con unas Ray Ban (porque así se ven mejor) y vestido de Pepe Jeans, Miss Sixty, Quicksilver, Tommy Hilfiger... (porque el hilo americano es de mejor calidad que el algodón de España). Además deja aparcado en el parking el Land Rover con ruedas Goodrich. Y podemos hallar también a su antónimo, el hippie, que no usa estas marcas, pero lava su cabeza con champú H&S (o Herbal Essences, que hace más espuma que el jabón Lagarto); se echa after shave después del afeitado y se embadurna de crema Dove para mantener su piel tersa y suave cual palomilla blanca.
Pero el mundo de las marcas sigue evolucionando. Ahora los hijos ya no piden una Game Boy a sus padres (posiblemente sea porque lo consideren un artículo un tanto machista). En su lugar piden una Play Station o un Mac Book, que son mucho más educativos... Con tantos quebraderos de cabeza no me extraña que los padres padezcan nuevas dolencias a la hora de dormir y dependan de tiras Breathe Right, o serán completamente incapaces de respirar inconscientemente...

Al fin y al cabo, siempre nos quedará nuestra siesta, nuestra paella, la fiesta y los toros... ¡OLÉ!

2010/05/24

Let´s party!

Queridos class-mates, se acerca el fin de curso y no sé a vosotros pero a mí me apetece celebrar una buena party por todo lo alto. Después de tanto FIFO, tanto leasing, y tanto bloggear lo único que me apetece es tomarme un break.
Os voy a contar mi planning para el weekend que viene. ¿Qué os parece empezar con un brunch con la family? Podríamos invitar a los teachers a unos hot dogs con kétchup y mostaza (que no está la crisis para caviar) y de postre cheese-cake.
Bueno después de esto nos tomaremos un tiempo de relax en el spa del parador que, después todo el studying de los últimos meses, nos lo merecemos.
Cuando terminemos esto cada uno que se vaya a su casa en donde podréis dejar a vuestra family muy happy viendo el show de Cantizano en la TV.
Llega el momento de arreglarse para la night. Para conseguir un look de infarto hay que currárselo así que… Boys, nada de jeans y t-shirt, os quiero ver de esmoquin, no olvidéis la Gillete match para un buen afeitado, un poquito de after-shave para estar bien suaves y cremita Dove.
A las chicas os llevará un poco más de tiempo ya que no se puede salir sin make-up. Para los ojos eyeliner y rimmel waterproof (no vaya a ser que alguna suelte una lagrimilla con la emoción), no olvidéis vuestro lipstick o gloss, metedlo en el clutch para futuros retoques. Y si no encontráis nada que poneros en vuestro closet, no problem, nos vamos de shopping que he visto unos blazers y unos vestidos babydoll muy girly con estampado liberty en Pull&Bear.
Terminaremos la noche en algún pub con un poquito de dancing, pero nada de pasarse con el Beefeater, como máximo un Red-bull, que ya sabemos cómo acaba el cuento… Bien espero que os parezca bien y ya me diréis, si no estáis muy busy estos días cómo lo organizamos todo. Bye!

Anglicismos

Tomando como punto de partida aquel artículo que ya haces unos años escribiera Julio Lllamazares, titulado, Modernos y elegantes, les propuse que hicieran, primero, una recopilación de aquellas marcas de productos que invaden nuestra vida cotidiana que estuvieran en inglés- Fairy, All bran, Just for men, Windows, Pull&Bear, Red Bull, Dove, Close Up, Woman Secret, Good Year,Sunny, Herbal Essences, Golden Lady y un largo etcetera- En definitiva, palabras que se usan de forma común cuando uno va a la compra, pero que esconden una palabra española. ¿Cuántas amas de casa saben que cuando piden "Fairy" o "Dove" están solicitando "Hada" o "Paloma"? Y más adelante, tuvieron que emular, salvando las distancias, aquel artículo. Y estos que se leerán, en días sucesivos, son los resultados.

2010/05/22

Lecturas y escuela

Cuántas veces he tenido que parar de leer el libro que me gusta y dejarlo en la mesilla para coger el libro de texto y ponerme a estudiar, y cuántas veces un buen libro me ha aportado mucho más que unos apuntes que me chapo en dos días y que luego se me olvidan para siempre. Sin embargo, los libros que me mandan leer en el colegio me los tomo como unos deberes o algo más que estudiar, de hecho, siempre los dejo para última hora debido a que, salvo en contadísimas ocasiones, no me gustan y leerlo las horas antes es la única forma de que ponga atención y se me queden los datos. Mi madre siempre se ríe de mí cuando me subo al coche por la mañana con el librito obligatorio de turno, apurando los últimos capítulos. Y lo mismo hago cuando tengo exámenes, siempre bajo corriendo con todos los apuntes en la mano para echarle un último vistazo.¡ Demasiadas similitudes!

Cuánto cambia la historia cuando ese libro lo busco yo, lo leo por mi propia iniciativa y me encanta. Lo que me aporta la lectura es imposible de explicar a alguien a quien no le gusta leer. Son historias que te hacen trasladarte a un mundo aparte cuando estás aburrida del tuyo, te sumerges en él, vives sus experiencias, y con la chispa adecuada te engancha de tal manera que no quieres salir de él, sólo seguir engullendo palabras.

Esto es difícil de inculcar en la gente joven. No es algo que puedas obligar, solo conoces el placer de la lectura cuando das con el libro correcto.

Los estudios -sobre todo en bachiller- no te dejan demasiado tiempo libre en algunas épocas, y ese poco tiempo que tienes lo aprovechas para salir y estar con la gente que te apetece. Por eso, es muy difícil de entender para alguien a quien no le guste la lectura que una persona aproveche ese rato sin tener que estudiar, quedándose en casa con un libro.

Muchos amigos han comenzado a leer con los muermos que mandan leer en el colegio. Todo eran historias escritas para adolescentes, todos los libros contaban la misma historia de dos quinceañeros que se enamoran, sus inseguridades y sus problemas con sus padres. Todo tópicos infumables. Es muy triste empezar a leer con eso, te lo tomas como una obligación más, y eso no es la lectura, si no la libertad para coger un libro que te guste, de manera personal, adentrarte en él y dejarte llevar, eso sí que suena bien.¡ A la basura el sistema!

2010/05/19

La lectura en la educación actual

En la Educación Secundaria lo que se intenta es sentar las bases para una posterior formación académica más avanzada del individuo. Por eso en la ESO se enseña Física, Matemáticas, Historia, Lenguas extranjeras... Lengua y Literatura, o más bien, Historia de la Literatura. En las primeras, se empieza por lo más fácil y se deja lo más peliagudo para los últimos cursos o para más adelante. Pero en esta última se sigue un orden cronológico que, aunque está bien estructurado temporalmente, no se adapta como es debido a la madurez de los niños de esas edades.

Es cierto que para saber las causas de cierto movimiento literario debes conocer la situación histórica y también las tendencias anteriores, pero para un niño de 14 años, da igual que le expliques el Siglo de Oro español, porque a esas edades, intentar que lea El Quijote es contraproducente. Siempre recordará aquella semana en la que tuvo que leer aquel gran libro en lugar de leer sus divertidos cómics y el aburrimiento que ello le supuso. De este modo con razón los índices de lectores jóvenes se ven reducidos y las campañas a favor de la lectura se disparan.

En el sistema educativo actual ya es muy difícil dar el temario completo y si además se deben recomendar libros de lectura a mayores de los que ya se tienen que leer, la tarea se vuelve muy complicada. Los profesores más duchos en su asignatura son capaces de lograr esta hazaña, y estos alumnos serán afortunados, porque a su vez habrá muchos que odien la lectura a raíz de las malas experiencias escolares con los libros de lectura obligatoria.

Leer no debe ser una obligación. Se debe leer por placer. Y en esto también influyen mucho las familias. Si los padres son lectores, los hijos serán lectores. Y si los padres no lo son, a los hijos les será más difícil llegar a serlo.

Pero es muy fácil para los padres y para los niños echar las culpas de su falta de lectura a los demás, ya sea a los profesores o a los políticos. Cierto es que leer El Quijote a los 14 años no es lo más apropiado, pero no es culpa de los políticos que en casa algunos padres no den ejemplo a sus hijos leyendo o les riñan por leer en lugar de estudiar.

Si se quiere cambiar esta situación se debe llevar a cabo una tarea conjunta entre, políticos, profesorado, alumnado y padres para lograr el aumento de lectores entre los más jóvenes, porque leer no es una pérdida de tiempo.

2010/05/18

Paso a paso

Por norma general, los libros no suelen ser los mejores amigos de los jóvenes. Donde esté la Wii o el ordenador… ¡que se quite todo lo demás! (incluidos, claro está, los libros).
A decir verdad, la culpa no es de ellos, sino de la escasa promoción que se hace de la lectura y de todos esos “tochos” que les hacen tragar, una obligación que carece de toda fundamentación lógica.
Para todo hay una edad, también para leer. Por ello, es necesario empezar poquito a poco, pasito a pasito. No es lo mismo leer “La Fundación” de Buero Vallejo en 2º de la ESO que en 2º de Bachillerato, por ejemplo, puesto que es necesario compartir los referentes para comprender los diferentes apartados de la obra (tema, tratamiento del espacio y el tiempo, caracterización de los personajes, argumento y demás). Si ya en 2º de BAC cuesta encontrarle en sentido, no me quiero ni imaginar la reacción de un niño de 2º de la ESO.
Yo misma doy fe de lo que acabo de contar. A decir verdad, nunca me ha llamado demasiado el mundo de la lectura. Me limitaba a leer los libros que nos mandaban en el colegio, por el simple hecho de que no me quedaba otro remedio: era una obligación. Me acuerdo que cada vez que terminaba uno de esos decía para mis adentros: “Venga María, a partir de ahora tienes que dedicarle más tiempo, es algo bueno para ti”. Y como ya se venía venir, hacía caso omiso a mis propósitos.
Cuando llegué al instituto la cosa empezó a cambiar. En una de las primeras clases de Lengua tuvimos que subir a la biblioteca y coger un libro, a elección de cada uno. Todavía recuerdo la cara de tonta que se me quedó en ese momento al darme cuenta de que la mayoría de mis compañeros sabía más o menos por dónde tirar, qué tipo de libro escoger. Yo no tenía ni la más mínima idea, era algo nuevo para mí, nunca antes me había visto en tal aprieto.
Después de un largo rato sumida en la indecisión, me llamo la atención un libro: “El niño con el pijama de rayas”. Me sonaba de verlo por casa así que fui a por él. Recuerdo que la profesora me dijo algo así como: “Quizás sea un buen comienzo y este libre te lleve a otro, y a otro, y a otro…”. No se equivocaba. La historia de ese niño con el pijama de rayas me conmovió y me quedé con ganas de más. Así pues, me aventuré a coger otro libro del mismo estilo: “La ladrona de libros”, cuyo grosor me aterrorizó, pero tras varios meses, fui capaz de terminarlo.
Analizando mi propia experiencia, llego a la conclusión de que no es que no me gustara leer, sino que nunca había tenido valor siquiera para intentarlo. Todo era de boquilla, y ahí se quedaba, en “buenas intenciones”.
Con esto quiero decir que nunca es tarde para empezar a leer. Sólo hace falta el libro adecuado y sobre todo la persona adecuada para recomendártelo.
Una buena solución para fomentar la lectura sería, por ejemplo, incentivar iniciativas que resulten atractivas a todo el mundo, en especial a los más jóvenes. Los clubs de lectura como “Balbordo” llevan a cabo un magnífico labor, logrando despertar en las personas, sobre todo en los más pequeños, el interés por descubrir lo que esconden las páginas de un libro.
A estas alturas, todavía no soy una buena lectora, una lectora constante, pero reconozco que he dado un gran salto. Jamás me hubiese imaginado que me llegara a hacer tanta ilusión recibir un libro de poemas por el Día del Libro. Ése fue mi primer regalo, pero después aún llegó otro: “Historia de España contada por estudiantes”, lo cual me inyectó otra dosis de felicidad en el cuerpo.
No sé cómo me las apañaré a partir de ahora para escoger un libro con mi propio criterio, pero supongo que no me quedará otra que lanzarme y a ver qué pasa.

¿Clásicos? No, gracias.

Todavía no he conocido a ningún estudiante al que le guste leer los famosos libros obligatorios, ya que nos tenemos que adaptar a los gustos del profesor, y mucho menos si se trata de un Quijote o una Celestina… Los clásicos son como una especie de pesadilla de la que no podemos escapar que nos persigue durante la ESO y el bachillerato.

Lo cierto es que hasta ahora no he sido una lectora habitual y nunca me he sentido demasiado atraída por la lectura. Sin embargo, he tenido suerte en lo relacionado con los libros obligatorios. Digamos que los profesores se portaron bastante bien y hasta 2º de BAC no he tenido que leer ningún clásico. Todos los cursos teníamos que leer una serie de libros a elección del profesor, y normalmente no me disgustaban, incluso algunos llegaron a engancharme.

Para adolescentes como yo, que no nos apasiona la lectura, no es recomendable empezar por algún que otro tostón que lo único que consigue es crear rechazo por nuestra parte.

Una buena idea sería que el profesor guiase a sus alumnos para leer sobre temas que les puedan interesar, y que a raíz de ahí cada uno empiece a saber qué es lo que más le gusta. Porque para saber lo que nos gusta, primero hemos de probar multitud de opciones, para finalmente quedarnos con la que, a nuestro juicio, es la mejor.

La lectura es un mundo aparte en el que hay lugar para todos los gustos y opiniones y que no se ciñe a las novelas, sino que abarca un campo mucho más amplio: cómics, revistas, periódicos…

Lo mejor es introducir a los más pequeños poco a poco en la lectura con libros infantiles, de tal manera que para ellos se convierta en una afición más, que, además, está repleta de nuevos descubrimientos.

2010/05/17

El ataque de los clásicos

Leer un libro por obligación es algo así como comerte una piedra sin poder beber ni agua. Y lo digo yo, que no soy una erudita, pero sí suelo leer a menudo. Los planes de estudio que se empeñan en hacer tragar a los alumnos los clásicos sin haberse leído antes ni siquiera a Manolito Gafotas no se dan cuenta del daño que hacen a la literatura. Ya que esos niños inocentes obligados a leer algo que les parece chino acabarán por deducir que la lectura no es lo suyo. En mi caso, no he sido obligada a leer el Quijote y los profesores han esperado benevolentemente a primero de bachillerato para proponernos al Lazarillo de Tormes. Por suerte los libros que me han mandado leer han sido elegidos acorde a nuestra edad (aunque eso no ha impedido que se colara algún que otro tostón).
Comprendo que sean en parte necesarias estas lecturas obligatorias, si se quiere hacer un examen de lo leído. Cada uno tendrá que aguantar los gustos de su profesor, con un poco de suerte dará en la diana e inspirará a los alumnos para que sigan leyendo. Sin embargo, lo ideal sería que cada quien leyese sólo por placer, los libros que más le atrajesen.
El amor por la lectura debe empezar ya desde pequeños, pocos son los adolescentes que descubren de pronto su amor por la literatura (sobre todo cuando nos hacen “chapar” la vida y milagros de nuestros queridos literatos). Si desde niños nuestros padres nos cuentan cuentos, nos compran libros infantiles y nos incitan a ello, lo más probable es que le acabemos cogiendo el gustillo. Lo importante es empezar con obras acordes a nuestra madurez y a nuestro gusto, para luego pasar, si es preciso, a los clásicos.

Cuando leer no es un placer

Si de una pata cojea el sistema educativo español, tengo claro que es por su insistencia en premiar el sacrificio frente a la inteligencia. Me explico:

A los 10 años recuerdo tardes estudiando los pistilos de las flores. Entonces, no entendía qué sentido tenía identificar las partes masculinas o femeninas de una planta si ni siquiera podía distinguir una azucena de una gardenia.

A los 14 años sufrí al tener que “disecar” a los insectos por tamaño, número de patas y de ojos. Cada vez que veía un espécimen al que yo llamaba “bicho” lo único que se me ocurría hacer era salir corriendo.

La gente más capaz o más preparada no es aquélla que mejores notas obtiene en el instituto, sino la más hábil y que más inquietudes tienen por aprender. No sabe más de arte aquel que conoce todas las características del cubismo al dedillo sino el que sabe apreciar un Picasso en cuanto lo ve. No estamos siendo preparados para afrontar un futuro laboral práctico y con los años, se nos verá el plumero.

Lo mismo sucede con la literatura. Ya omitiré la aberración de listados de autores y obras que debemos digerir antes de Selectividad. Pero, ¿de qué nos sirve conocer toda la vida y milagros de Lorca si cuando nos ponen delante el Romancero, lo miramos con el mismo miedo que si nos estuviesen pidiendo resolver una ecuación de mecánica cuántica? En cuanto a la lectura de estos grandes clásicos, hay opiniones de todo tipo. Pero en algo que seguramente estemos de acuerdo es que, un chaval al que no le interesa la lectura, no puede empezar por La Regenta. Se nos premia o castiga por leer libros que no nos gustan, con los que no compartimos en muchos casos referentes culturales porque en historia “aún vamos por el tema 7”. Otro fusilamiento de la literatura en un sistema democrático.

Nosotros y nuestros clásicos




Hace ya unos días, Rosa Montero publicó en el semanal de El País un artículo titulado, "Cómo convertir el "Quijote" en un ladrillo".
Lo llevé a clase, lo trabajamos y les pedí que expresaran su opinión sobre el tema. Y estas que irán apareciendo son sus puntos de vista.