"Yo tuve un sueño, que un día mis cuatro hijos pequeños vivirán en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter." Martin Luther King.
Y el sueño se ha cumplido. Tras la elección de Barack Huseín Obama como presidente de los Estados Unidos de América, el primero afroamericano en la historia del país, la población americana demuestra que el cambio ha llegado realmente a su país y que, tras siglos de discriminación, pertenecer a la raza negra ya no es un impedimento social.
Parece que la labor del señor King no fue en vano, su defensa de los derechos civiles de la población afroamericana, de la no discriminación, de la igualdad y la no violencia ha dado su fruto. Pero todavía queda gente que trata de aplastar ese sueño fomentando la desigualdad.
La revolución que se ha desatado en torno al nuevo inquilino de la Casa Blanca sólo es comprensible si nos remontamos a los orígenes de este país fundado sobre los pilares de la esclavitud, en su gran mayoría de personas de origen africano. En los principios de la sociedad americana existía una gran segregación racial, por lo cual a las personas de raza negra se les impuso vivir en determinadas zonas.
En medio de este ambiente de hostilidad hacia las etnias consideradas inferiores por la raza blanca, no es de extrañar la aparición de asociaciones como el Ku Klux Klan, que predicaron la supremacía de la raza blanca recurriendo al terrorismo y la violencia. Lo increíble es que, a día de hoy, todavía prevalecen este tipo de asociaciones y, como era de esperar, la chispa ha saltado con la victoria de Obama. Al parecer, Thomas Robb, director nacional del KKK, advirtió de que si Obama era elegido mandatario: “Que le doblen la seguridad, y los servicios secretos le protejan las 24 horas del día y le cuiden como a un bebé”.
De hecho, en su carrera hacia la presidencia Obama ya ha sufrido un intento fallido de asesinato. Ante esta situación cabe preguntarse, ¿es realmente posible que Obama se convierta en el sucesor de Kennedy como el próximo presidente asesinado? Por el momento parece que el apoyo es enorme y los xenófobos constituyen ahora una minoría. Sólo nos queda esperar que el sueño de Martín Luther King, y de tantos otros, no se vea truncado por la intervención de unos cuantos reaccionarios.
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