"Érase una vez un saltamontes solitario que rascaba sus patitas y brincaba de un lado a otro de la blanca habitación. Una habitación toda blanca, sí, menos por una cascada de cabellos rojos, menos por unos párpados que se abren y descubren una mirada de enredaderas. Entonces, el saltamontes y aquella mirada intiman como nunca hubieran imaginado. "¿La beso?", duda el saltamontes. "¿Me habré vuelto loca?", se pregunta la mujer."
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1 comentario:
Es la hora de la siesta, y aprovecho para hacerte un comentario;soy Inma, la de Plástica práctica, y es que me he acordado de ti pq estamos haciendo un trabajo con letras, y he puesto algunas cosillas de tipografía, y me acuerdo de que te gustaba todo eso... o me equivoco? En fin, que le eches un vistacillo cuando puedas, que igual te interesa algo...Un beso.
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