El pretexto en esta ocasión ha sido un conocido soneto de Lope de Vega sobre el amor, que dice:
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;
huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
Después de su lectura cada uno ha dejado correr su bolígrafo y ha hecho diferentes interpretaciones, bien manteniendo el tema, bien guardando la rima en infinitivos o bien aplicándolo a situaciones de la vida cotidiana en gerundios. De aquí el título de Variaciones, como lo es el poema de Juan Bonilla titulado Las experiencias engañan, quien hace un homenaje al soneto de Lope, pero con un tono satírico.
El poema dice así:
El poema dice así:
LAS EXPERIENCIAS ENGAÑAN
Tan esperanzador como uno de esos días en que la
primavera emite algún avance en pleno invierno.
Tan falso como los políticos para los que lo prometido
nunca es deuda sino duda.
Embriagador como vino oloroso que dibuja en la frente
ese punto de luz que nos eleva.
Tan pérfido como esos periodistas que ansían exclusivas
y no dejan que se las estropee la verdad.
Ingenuo como las ancianas que le ruegan a Dios el canje
de sus vidas por la salud de un niño que agoniza.
Tan masoquista como leer Finnegans Wake en una noche
de verano.
Tan humillante a veces como tarde perdida en la cola
del paro.
Tan caprichoso como un juego de palabras (un
desprendimiento de rutina que primero te ciega y que
después te ciénaga).
Insospechado sospechoso terco animal despiadado
imprescindible usurero bendito hijodeputa.
Con él no valen experiencias porque todas engañan
dictando cobardía.
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