2010/02/05

El e-mail de la selva

Había una vez un niño llamado Módem. Era muy espabilado, inteligente y alegre. Al nacer, su madre lo había abandonado en una cuenta de correo Twitter, y una manada de lobos lo había recogido debido a los pocos amigos que tenía su cuenta. Gracias al buen flujo de red de la manada, Módem aprendió a manejarse por la jungla y a recorrer todas las rutas de acceso, y se conocía el sistema como la palma de su ratón.
Módem sabía que era diferente a los de su manada, pero nadie le decía quién era realmente. Harto de que nadie le diera respuestas, decidió escaparse. Deambulando por el sistema se encontró a Baloo. Era un oso muy gracioso, que se pasaba todo el día cantando, y su lema era que en la vida no debes esforzarte, simplemente vivir relajado y sin preocupaciones, pues lo necesario para vivir ya te lo da la naturaleza. Módem decidió quedarse a vivir con él, pero como Baloo era tan despreocupado que nunca hacía backups, un día se eliminó del sistema por culpa de un virus.
Módem siguió deambulando por el sistema buscando su origen. La pantera Bagueera, que lo había estado siguiendo desde que abandonó la manada, le rogó que volviera, que había muchos peligros por el sistema, el peor de todos el virus Sheer-Kan, que podía comérselo en cualquier momento. Módem no le hizo caso. Caminando, se topó con una manada de elefantes. Tenían muchos gigabytes, por lo que le fue imposible seguirle el ritmo. Más tarde se encontró con el rey Lui, el rey de los monos, que le secuestró para que le dijera el secreto de los de su especie, pues él quería ser hombre porque ya estaba harto de ser mono. Módem tampoco se quiso quedar con ellos, así que cogió una gateway y se marchó. Estaba triste y ya casi no le quedaban esperanzas. Estaba completamente desorientado y perdido, después de perder a Baloo ya no le quedaba nadie.
Pero cuando estaba a punto de tirar el tóner, pasó lo inesperado. Un día, caminando por el sistema, se metió en la red de Twitter. Allí observó que todos eran igual que él: tenían brazos y piernas, caminaban a dos patas y no tenían pelo por todo el cuerpo como los lobos. Módem supo que aquella era su red, aquel era su origen, donde estaban los suyos. Por fin había encontrado su sitio en el sistema, y se instaló en la red de Twitter para siempre.

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