2010/05/18

¿Clásicos? No, gracias.

Todavía no he conocido a ningún estudiante al que le guste leer los famosos libros obligatorios, ya que nos tenemos que adaptar a los gustos del profesor, y mucho menos si se trata de un Quijote o una Celestina… Los clásicos son como una especie de pesadilla de la que no podemos escapar que nos persigue durante la ESO y el bachillerato.

Lo cierto es que hasta ahora no he sido una lectora habitual y nunca me he sentido demasiado atraída por la lectura. Sin embargo, he tenido suerte en lo relacionado con los libros obligatorios. Digamos que los profesores se portaron bastante bien y hasta 2º de BAC no he tenido que leer ningún clásico. Todos los cursos teníamos que leer una serie de libros a elección del profesor, y normalmente no me disgustaban, incluso algunos llegaron a engancharme.

Para adolescentes como yo, que no nos apasiona la lectura, no es recomendable empezar por algún que otro tostón que lo único que consigue es crear rechazo por nuestra parte.

Una buena idea sería que el profesor guiase a sus alumnos para leer sobre temas que les puedan interesar, y que a raíz de ahí cada uno empiece a saber qué es lo que más le gusta. Porque para saber lo que nos gusta, primero hemos de probar multitud de opciones, para finalmente quedarnos con la que, a nuestro juicio, es la mejor.

La lectura es un mundo aparte en el que hay lugar para todos los gustos y opiniones y que no se ciñe a las novelas, sino que abarca un campo mucho más amplio: cómics, revistas, periódicos…

Lo mejor es introducir a los más pequeños poco a poco en la lectura con libros infantiles, de tal manera que para ellos se convierta en una afición más, que, además, está repleta de nuevos descubrimientos.

1 comentario:

I. CAMACHO dijo...

Leer a los clásicos no es adaptarse a los gustos del profesor, que, seguramente, tiene gustos mucho más modernos y se sabe a los clásicos hasta el aburrimiento. Leer a los clásicos es una obligación con la que -a su debido tiempo- deberá cumplir cualquier persona que pretenda tener un poco de cultura general.