2009/12/01

¿Qué me pongo hoy?

Estoy segura de que no soy la única que se hace la famosa pregunta: ¿Qué me pongo hoy? De hecho creo que la mayoría nos lo preguntamos. Está claro el porqué de la cuestión. Abrimos nuestro armario y vemos un montón de perchas de las que cuelgan nuestros queridos vaqueros, la prenda por excelencia, faldas, vestidos, camisetas, camisas, chaquetas… Hay tantas cosas que sería difícil hacer una lista con todo. Sin embargo, si retrocedemos 30 ó 40 años y le preguntamos a los abuelos, nos dirán que en la época en que ellos eran jóvenes como nosotros no tenían este tipo de ‘’problemas’’. Unos zapatos eran suficiente, y ¿para qué tener más de un abrigo? Ellos abrían un cajón y allí encontraban toda su ropa, mientras que a nosotros un cajoncito no nos llega ni para la tercera parte.
El consumismo está presente en la sociedad del siglo XXI a todas horas y en todo lugar. Cada temporada vamos de compras, y cuando digo ir de compras, me refiero a desvalijar el centro comercial. ‘’¡Mamá, mamá! Mira, ¡esto me gusta! Y aquel pantalón es precioso. ¿Qué me dices de esas botas? ¡Están a la última!’’. Todo nos atrae, y es que los empresarios son muy inteligentes, buscan sus tácticas para que todos caigamos en la tentación. Y lo consiguen a base de bien. Pero esto no sólo pasa con la ropa, los niños piden juguetes sin cesar y sus padres les cumplen sus caprichos, quizá ese es el error.
Y por último, la tecnología se lleva la palma. Ordenadores portátiles de última generación, pantallas planas, iPod, teléfonos móviles con pantalla táctil. ¡ Es interminable! Y es increíble la cantidad de dinero que nos gastamos porque creemos que nuestra tele o nuestro móvil se han quedado obsoletos.
Tenemos que reconocer que somos unos consumistas natos y deberíamos de empezar a cambiar un poco esta situación que puede empeorar. Todo el mundo compra, pero hay gente que convierte las compras en una adicción y se mete en problemas muy graves. Sencillamente, pensarte bien si en realidad necesitas esos zapatos que tanto te gustan, cuando tienes ocho pares en el zapatero que apenas usas.
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2009/11/30

¿Qué me pongo hoy?

(8:25 am) ¡Oh Dios! Sólo faltan veinte minutos para que empiece el insti y… ¡yo todavía en pijama! Vamos Marina, decídete cuanto antes si quieres llegar a tiempo a la primera clase…
Creo que ya está, los pitillos vaqueros de Tommy, el polito rojo de Ralph Lauren, la chaqueta negra de Custo, el cinturón de D&G… ¿y de calzado? Uf…no sé, las Converse están un poco manchadas en la punta, así que no es plan de llevarlas… ¡ya sé! Me acabó de acordar de que todavía no he estrenado las bailarinas nuevas que me compré el sábado, así que ¡ya va siendo hora! Colgante a juego, reloj, pulsera, pendientes, colonia… ¡Divina de la muerte!
Aunque parezca que exagero, para nada. El día a día de cualquiera de nosotros es así, o por lo menos parecido. No somos conscientes de la cantidad de cosas que tenemos, y lo que es más importante, de las que podríamos prescindir.
Vivimos en una sociedad tremendamente consumista, comprar por comprar, si no lo hacemos no nos quedamos a gusto. Tenemos satisfechas las necesidades básicas: comida, agua, ropa, descanso…y una larga lista de etcéteras, ¿no nos basta? Deberíamos sentirnos afortunados, sin embargo, lo que hacemos es pedir y pedir y cuando no se nos complacen los caprichos encima tenemos el morro de enfadarnos y ponernos como fieras.
Otros, ni por asomo pueden decir que tienen un pantalón de Levi’s o ,directamente, quitándole el “de Levi’s” a la frase. Lo triste es que han pasado por sus manos cientos de veces, pues trabajan de sol a sol para que nosotros, los del primer mundo, tengamos algo con lo que taparnos.
En los veinte minutos que me ha llevado a mí contestar a: ¿qué me pongo hoy?, quizás podría haber empleado la mitad en pensar que con un tercio de mi armario muchas personas se darían con un canto en los dientes.
Por desgracia, ellos nunca podrán hacerse esa pregunta, ya que nadie puede echar de menos lo que nunca tuvo.

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2009/11/29

Todos desnudos y con las manos en los bolsillos


¿Qué me pongo hoy? Cuántas veces me habré hecho esta pregunta... La primera vez que mi abuela me escuchó decir esto, me dijo: “Si sólo tuvieras una prenda de ropa no te harías esta pregunta”. Y tenía razón. ¿Cuántas personas habrá en el mundo que se levanten por la mañana pensando que atuendo elegir para ese día o para esa mañana? Muchas, sí, pero seguramente no tantas como pensamos. La mayor parte de la población mundial vive en una situación tercermundista, y cuando sacrificas tu vida para obtener tres euros para poder comer y alimentar a una familia, cuando el techo de tu casa se cae a pedazos porque no tienes dinero para arreglar una gotera, el hecho de pensar en gastar 15.000 euros en un bolso de Yves Saint Laurent te parece, como mínimo, cómico.
El otro día vi un documental sobre el modo de vivir de algunas tribus en África, y me dio qué pensar... Algunas de ellas se conformaban con un taparrabos como vestimenta, y no sentían pudor ante las cámaras de televisión que los grababan como si de alienígenas se tratase... Después los documentalistas se trasladaron a Brasil, y se podía ver como la gente vivía en chabolas al lado de grandes centros comerciales a los que ellos no tenían permitido el acceso. Se pasaban la vida mirando còmo la gente salía de allí con grandes bolsas en sus manos... Tantas que a veces no podían con ellas... Conocían todas las marcas de la más última moda... Pero nunca habían tenido en sus manos uno de sus artículos. Hoy, aún viviendo en la era de la globalización, donde casi todo el mundo tiene un supermercado cerca de casa, es difícil pensar en que aún hay gente que no tiene ropa limpia para ponerse una mañana de domingo, o que simplemente solo tiene un par de zapatos para pasar el año... Seguro que si ellos nos escucharan enfadarnos cuando alguien nos chafa los planes de ir de compres una mañana de sábado, se reirían.
Los consumidores hemos llegado a un punto en el que ya no sabemos ni lo que tenemos ni en nuestros propios armarios/zapateros. El comprar por comprar es casi como una religión para muchos. Y no estoy metiendo únicamente a las mujeres en este bombo. La mayoría de los hombres también disfrutan comprando, por mucho que se empelen en disimularlo. Hasta fantaseamos con las marcas que pueblan nuestros estantes del vestidor: “Hoy me he comprado un bolso de Luis Vuitton monísimo”. “Pues deja ya de comprar bolsitos que me llenas el armario y no me caben los trajes de Armani”. Seguramente habrá parejas que hasta decidan hacer reformas en casa por no tener sitio para poner tanta ropa. Y cuanto más se compra, más me hago la pregunta con la que comencé este texto. Es un círculo vicioso. Y para los que pueden, comprar modelitos se ha convertido casi en una obsesión. Y lo cierto es que cada vez, por mucho que intentemos ignorarlo, la población del primer mundo, se vuelve más elitista si cabe, y cada vez las diferencias entre ricos y pobres son más acusadas. Se le da muchísima importancia a las marcas, y cuanto más cara sea una prenda de ropa y más a la vista tenga el logotipo de la marca, que todo el mundo reconoce, mejor.
Yo después de esto, he decidido crear mi propia moda, mucho mas sencilla y asequible. A partir de ahora, ¡todo el mundo desnudo y con las manos en los bolsillos!

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Consumismo

En este mes de noviembre se ha celebrado el Día mundial contra el Consumismo. Mucha gente compra más cosas de las que necesita, como sucede con la ropa. La mayoría de los adolescentes abrimos el armario de nuestra habitación para decidir lo que nos ponemos un día por la mañana y nos damos cuenta de que tenemos una cantidad enorme de camisetas, quizás más de 15, pero aun así pensamos que no son suficientes, ya que consideramos que la mitad son feas, que no combinan con los pantalones, que no nos quedan “bien”… Después de este ritual nunca me había parado a pensar por qué las tengo guardadas o por qué las compré, hasta hoy, cuando empecé a escribir.

El problema es que esto no me sucede a mí solo, le sucede a mucha gente, la sociedad gasta una mucho dinero que podía haber empleado en otras cosas, por ejemplo donando ese dinero a la gente que no tiene nada, a gente que no es que tenga pocas camisetas, a lo mejor no tiene ninguna

Imagen: http://www.flickr.com/photos/25121882@N07/2846542866/

Y hoy, ¿qué me pongo?


Mucha gente se hace esta pregunta varias veces al día. Bueno, realmente, creo que todos nos la hacemos aunque, a la vista está, que algunos le dan mucha más importancia que otros. Yo, la verdad, no le doy muchas vueltas a lo que me tengo o no me tengo que poner. A que si hoy debería ponerme tal y mañana cual.
Pero no todo el mundo es así, hay personas que llegan a unos extremos exagerados, tales como el irse de compras cuando en un determinado momento no tienen nada “apropiado” para alguna situación. Personas que le dan mucha importancia a la apariencia, tanto a la suya como a la de los otros. Además, nunca están a gusto con lo que tienen y siempre están pensando en lo que podrían tener.
Yo creo que esto es un círculo vicioso en el que una vez que estás dentro, es realmente difícil salir. Esta gente inconformista nunca está satisfecha y parece que siempre necesita estar comprando para ser feliz.
¡Pobres...!

¿Qué me pongo hoy?


El consumismo es una actividad que en mayor o menor medida, todos realizamos.
En los países del hemisferio norte, que son casualmente los más ricos, todos los días se están comprando cosas. No sólo artículos básicos como pueden ser los productos alimenticios o de higiene, sino otros que a lo mejor no son tan necesarios , pero que se compran por puro capricho o por moda. Un ejemplo, es la ropa. Todos tenemos en casa ropa suficiente , sin embargo estamos comprando cada dos por tres vestimentas nuevas.
Solemos poner como excusa:" no tengo que ponerme" y nuestras madres nos responden: " pero si está el armario tan lleno que ni siquiera cierra la puerta de tanta ropa que hay ahí dentro". Lo mismo pasa con los móviles, ordenadores…Cuando vemos que se ha pasado de moda nuestro modelo y que todo el mundo tiene el nuevo, vamos de cabeza a comprárnoslo. La mayoría son, por lo tanto, antojos y eso es porque nos lo podemos permitir. Pero, ¿cómo hacen aquellas personas que viven en la pobreza? Ellos no pueden permitirse estos lujos, entre otras cosas porque ni siquiera tienen cubiertas las necesidades básicas, y nosotros, aquí preocupándonos de los últimos modelos de coches, móviles, ordenadores o modelitos de ropa.
Imagen: http://www.flickr.com/photos/daquellamanera/354036519/

Fomento de la Lectura

2009/11/26

Imaginando animales: El cocograpas


Perteneciente a la familia de los "Saurios", suborden "oficinalis".
No es muy grande, ni siquiera llega a los 6 centímetros de largo y su peso se sitúa entre 8 a10 gramos, y puede tener infinidad de colores.
Prácticamente carece de tórax, pues lo que predomina en su cuerpo es su gran cabeza, provista de una enorme boca. Ésta posee 4 enormes colmillos, muy afilados, lo que le hace tremendamente peligroso.
Sobre y bajo su cabeza tiene como una especie de orejitas donde ejercemos la presión para que el animal cierre la boca.
Se usa especialmente para separar papeles unidos por una grapa, de la siguiente manera: se colocan los dedos, índice y corazón sobre las orejitas de la parte superior y el pulgar en su garganta, se colocan los 4 colmillos frente a la grapa y juntamos los dedos ejerciendo presión sobre el animal. Así el reptil engancha su comida favorita, la devora y a continuación se la traga dejando los papeles en libertad.

2009/11/21

LAMPIRAÑA

Pertenece a la familia de los octolúcidos.

Este ser tiene una vida muy monótona, siempre colgada del techo, sin moverse del sitio, procurando pasar desapercibida esperando que llegue la noche para poder lucir sus mejores galas.
Su tamaño varía según las dimensiones de su hábitat, así co
mo su color que se adapta al resto de entorno. Le gusta demasiado llamar la atención de los que pasan cerca de ella y emite ciertos destellos que sacan a relucir sus mejores dotes. depredadoras ¡Es prácticamente imposible no fijarse en ella!

En tiempos remotos solía tener ocho patas, pero gracias a la evolución , ahora puede llegar a tener muchas más, e, incluso menos.
Con la edad, va perdiendo el interés por la vida nocturna, como todo ser vivo, hasta que un día deja de salir y se apaga para siempre.

2009/11/18

Imaginando animales: La medusaguas

Cuando el día está gris y tiene pinta de caer un buen chaparrón sacamos a pasear a este pequeño y extraño animal que vive en las profundidades del océano. Mantiene una lucha permanente con las aguas. Es un organismo marino que apareció hace unos 500 millones de años , aproximadamente. Gracias a su simetría radial es perfecto para no mojarnos cuando llueve. Para desplazarse se impulsa por contracciones rítmicas de todo su cuerpo: toma agua, que ingresa en su cavidad gastrovascular y la expulsa, usándola como "propulsor".
Hay muchos tipos de medusaguas, de infinitos colores y estampados, plegables o no… podrás encontrarlos en muchos establecimientos ya que lo cierto es que este extraño animal, que normalmente se pone unos largos y venenosos tentáculos para salir a la calle, nos es realmente útil. ¿Qué haríamos nosotros sin nuestra querida lágrima de mar? ¡Llegaríamos empapados a todas partes! Pero eso sí, tened mucho cuidado con los tentáculos, ¡os advierto que son bastante peligrosos!

2009/11/17

Imaginando animales: El pezcortasetos



Es un animal, casi extinguido, que pertenece a la familia de los “escuálidos”.
Se alimenta de la vegetación marina de gran tamaño la cual deshace con su “urémora” (parte de la cabeza de color negro y de forma puntiaguda y alargada) para digerirla más fácilmente.
Su cuerpo es de distinto color al de su “urémora”, normalmente es verde pero se pueden encontrar algunos azules. No sobrepasa los 85 cm de largo y 30 cm de ancho en su cola y 10 cm en su parte delantera y su peso medio es de 900 gramos. Tiene una larga cola que guarda en un pequeño orificio situado en la parte de atrás de su cuerpo cuando quiere dormir o descansar. Ésta se estira y consigue superar los 2 metros mientras realiza la digestión.
No es un animal comestible a pesar de ser rico en proteínas y hierro.
Entre los amantes de los peces es conocido como “el jardinero del mar”, ya que suele cortar toda la vegetación que encuentra a su paso.

2009/11/16

Imagiando animales: El erizillo


El erizillo es un animal doméstico y terrestre de la familia de los capiláceos. Presenta una larga cola y sus características púas están distribuídas a lo largo de la columna vertebral.

Su tamaño difiere según el sexo. Las hembras, mucho más delgadas, solo tienen una hilera de púas en la espalda, miden entre 10 y 20 centímetros de largo, y pesan una media de entre 10 y 15 gramos.
Los machos poseen una espalda mucho más ancha, con varias hileras de púas. Miden entre 15 y 25 centímetros de largo y su peso oscila entre los 20 y los 50 gramos.

Se alimentan de ideas humanas o de otros animales y su ritual de caza se denomina "cepillado". Son muy sociales: suelen vivir en comunidad. Para dominarlos es preciso cogerlos firmemente de la cola pues su cuerpo puede producir arañazos.

Su utilización con fines estéticos puede resultar muy beneficiosa para ambos sujetos: tanto para el erizillo como la persona o animal cepillado.

2009/11/14

Imaginando animales. El plantpulpo


Pertenece a la familia de los marinos terrestes, y su hábitat natural son los salones u otras estancias hogareñas, siempre bien iluminadas.
Para su crecimiento y desarrollo, es vital el cariño y cuidado de los humanos, hasta tal punto que un descuido de estos podría costarle la vida.
Como otros marinos terrestres, necesita de una especie de concha o caparazón, más comunmente denominado “maceta”. Esta característica y el color de sus múltiples tentáculos son lo que diferencian al plantpulpo de su pariente, el pulpo marino común. Con sus verdes tentáculos es capaz de alcanzar los rayos de sol, que le permiten ejercer la “fotosíntesis”, con la cual se denomina a su curioso proceso de digestión.
Durante su larga vida, el plantpulpo no recorre grandes distancias a no ser por causa de algún capricho o cambio decorativo de su dueño, así como un cambio de hogar o mudanza. En un primer momento el plantpulpo puede reaccionar negativamente al cambio calléndosele algún tentáculo, pero por lo general su capacidad de adaptación es alta.

2009/11/13

Imaginando animales: El Ladruvacómetro

Dícese del animal de la familia de los enchufiformes, que se alimenta de corriente eléctrica y vive en los enchufes.
Su peso es de cinco gramos aproximadamente (aunque puede variar y llegar hasta los ocho gramos en función de las entradas de alimentación).
Consta de una gran cabeza donde están ubicadas dos protuberancias o cuernos, por donde el animal se alimenta. En dicha parte también podemos encontrar diversos orificios, siempre en número par, por los cuales el ladruvacómetro suministra alimento a sus descendientes ayudándolos en su desarrollo o a otros animales que se le acoplen en busca de comida.
Es un animal muy generoso y sociable, ya que necesita vivir acompañado de otros especímenes como el cerdichufe o el hipoporruptor.
Sin embargo, los humanos deben abstenerse de acoplarse a sus orificios, porque la personalidad generosa del ladruvacómetro lo impulsa a ceder a las personas parte del alimento que almacena, pudiendo ocasionar ampollas o quemaduras en las superficies de sus cuerpos.

2009/11/12

Imaginando animales: La Grifoca



La grifoca es un animal único y muy especial perteneciente a la familia de los fontaneríferos.


Es bastante pesado ya que su cuerpo está formado por gruesos huesos y un intenso plumaje, generalmente plateado. Tiene dos hermosas alas y un largo y delgado cuello.


Es un animal bastante cruel, siempre está en alerta y en posición de ataque con las alas desplegadas y el cuello y la cabeza rígidos y hacia adelante.


Hace relativamente poco se ha descubierto en este animal una cualidad muy particular: cuando le tocas las alas, no se sabe si para atacar o para defenderse, expulsa por la boca un líquido insípido, incoloro e inodoro que se cree que es tremendamente beneficioso para la piel y la salud del ser humano.


Hoy por hoy, muchísima gente se muere por tener una grifoca en su casa, las adoptan y se quedan con ellas de por vida. en cambio, también hay gente, desgraciadamente, que se muere por no tener una. Se ha vuelto imprescindible para la vida humana.