El pasado 9 de noviembre, miles de berlineses y berlinesas se reunían en sus calles para conmemorar la caída del muro que separaba a las dos Alemanias 20 años atrás. En el acto, numerosas piezas decoradas simulaban el trazado de la franja de la muerte, piezas que se desvanecían lentamente provocando el famoso efecto dominó.
El muro de Berlín desapareció: es historia. Pero lo cierto es que todavía existen muros y vallas en nuestros días. Palestina, Israel, Ceuta, Melilla…son países y ciudades que permanecen separados por potentes muros, muy difíciles de derribar.
Vivimos esclavos de antiguos prejuicios del pasado. No hace falta mirar lejos para ver las soledades, las injusticias, el miedo…todos esos muros mentales que se apoderan de nosotros y hacen que la peor parte se la lleve el resto: los que son “diferentes”.
Hablo del racismo, donde el negro es el discriminado; hablo del homosexual, considerado un enfermo mental; hablo del gordo, aquel en el que nadie se fija y del que todos se mofan; hablo del pobre, quien nunca tendrá acceso a un techo bajo el que refugiarse; hablo de las guerras de religión, del maltrato de género, de los “frikis” que no siguen la moda, del chapón, de los discapacitados…hablo de los débiles y dominados.
Tenemos la oportunidad de cambiar la realidad. Es hora de vivir y transformar, de abrazar, de dar aliento, de ponerse en el lugar del otro, de dejar ser…Te propongo un reto: permanece en silencio durante un instante. Te darás cuenta de que hay alguien que grita. ¡Escúchale! Ha llegado el momento. ¡Eliminemos estos muros!
El muro de Berlín desapareció: es historia. Pero lo cierto es que todavía existen muros y vallas en nuestros días. Palestina, Israel, Ceuta, Melilla…son países y ciudades que permanecen separados por potentes muros, muy difíciles de derribar.
Vivimos esclavos de antiguos prejuicios del pasado. No hace falta mirar lejos para ver las soledades, las injusticias, el miedo…todos esos muros mentales que se apoderan de nosotros y hacen que la peor parte se la lleve el resto: los que son “diferentes”.
Hablo del racismo, donde el negro es el discriminado; hablo del homosexual, considerado un enfermo mental; hablo del gordo, aquel en el que nadie se fija y del que todos se mofan; hablo del pobre, quien nunca tendrá acceso a un techo bajo el que refugiarse; hablo de las guerras de religión, del maltrato de género, de los “frikis” que no siguen la moda, del chapón, de los discapacitados…hablo de los débiles y dominados.
Tenemos la oportunidad de cambiar la realidad. Es hora de vivir y transformar, de abrazar, de dar aliento, de ponerse en el lugar del otro, de dejar ser…Te propongo un reto: permanece en silencio durante un instante. Te darás cuenta de que hay alguien que grita. ¡Escúchale! Ha llegado el momento. ¡Eliminemos estos muros!
Imagen: http://imworld.aufeminin.com/dossiers/D20091109/3-2-153718_L.jpg
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