2009/03/29

Microrrelato. Los celos de doña Juana.

Allá por el año 1502, corrían tiempos turbulentos en la Corte real. Doña Juana, infanta de Castilla y Aragón, además de otros muchos títulos, había vuelto a protagonizar otro de sus muchos escándalos motivados por los celos que sentía debido a los incesantes rumores sobre su marido don Felipe, al cual parecía no atraerle demasiado la idea de serle fiel a doña Juana. Continuamente se sucedían en la corte escenas de discusiones y griteríos, provocados por una Juana desatada y fuera de sí.
Pero esta vez había traspasado el umbral de lo que se considera el saber estar de una futura reina, al intentar asesinar a una jovencita, hija de un mercader que pasaba unos días en la corte. Un acto de rabia momentánea que no dejó a nadie indiferente y que propiciaron los rumores sobre el estado mental de doña Juana.
El colmo fue cuando uno de sus consejeros le informó de que Felipe visitaba con frecuencia una pequeña casita en el bosque. Juana decidió envenenar una manzana y llevársela a la supuesta amante. Blancanieves, se llamaba la muchacha. Nunca más volvió a saber de ella. Luego descubrió que Felipe llevaba algún tiempo interesado en un castillo que había estado rodeado de zarzas desde hacía más de noventa años. Los ancianos del lugar aseguraban que allí se encontraba una joven hechizada, a la que llamaban Bella Durmiente. Felipe logró despertarla con su beso.
Y Juana explotó: al día siguiente se fue con el rey Midas.

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