2009/06/23

El botellón

Se me hace difícil opinar acerca de un tema tan polémico como éste, pero como es algo en lo que participo en ciertas ocasiones tengo mis ideas bastante claras, por lo tanto procederé a argumentar defendiendo lo que yo realmente pienso.
En primer lugar, en el artículo se exagera mucho la frecuencia con la que se realiza esta práctica, al afirmar que nos emborrachamos dos o tres días a la semana. No estoy de acuerdo, habrá casos puntuales de jóvenes que tengan como máxima aspiración meterse de todo en el cuerpo día sí, día también, pero normalmente bebemos los sábados que salimos por la noche, que suelen ser ocasiones especiales, tales como festejar el cumpleaños de un amigo o una cena de clase.
Por otra parte, me gustaría hacer especial hincapié en lo que te pueden llegar a estafar por pedir una copa en un pub, ¿dónde se vio que te claven 5 euros por un cubata? ¡Es de locos! ¿No se dan cuenta de que estamos en crisis? Hacer botellón es una solución a este problema, ya que por el mismo precio podemos hacer un bote entre todos y comprar en mayor abundancia.
Con respecto a la contaminación y al barullo que se dice que montamos, tampoco es del todo cierto. Muchos no controlan y a la mínima se ponen a gritar como posesos y a destrozar todo lo que se les ponga por delante, pero no me gusta que se generalice de esa forma. Para empezar, en mi grupo, los que nos juntamos habitualmente para beber, no somos muchos, y el hecho de que casi siempre seamos chicas es una ventaja, porque somos más tranquilas (por lo menos nosotras). No digo que hablemos susurrando, pero vamos, que no damos voces y tampoco nos da por romper cosas, además, cuando terminamos, recogemos todo y lo tiramos a la papelera.
A decir verdad, el botellón me ayuda en cierto modo a relacionarme más con la gente y aparte de eso me lo paso mejorque cuando vamos a Duquesa (la zona de marcha), porque me siento más a gusto cuando estamos todos hablando tranquilamente y riéndonos sin parar.
Por último, decir que sé perfectamente que ingerir alcohol no nos beneficia en absoluto, al contrario, nos perjudica, pero tenemos tanta ansia de diversión que muchas veces no somos conscientes de ello y no nos percatamos.

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