Ayer les pedí que escribiran por filas aquellas palabras del español que les resultaban o bien graciosas , o bien agradables o bien negativas.
Escogieron estas:
Negativas: lagarto, cloaca, examen, zanahoria, iracundo, bobo.
Graciosas: pie, pepinillo, pompón, pato, ornitorrinco, caramba.
Agradables: amanecer, azul, mariposa, felicidad, democracia, amabilidad.
Después les pedí que construyeran una historia en la que deberían aparecer aquellas que habían seleccionado. Y todo ello, para poder celebrar el día del español, aunque en ese momento lo ignoraran. Aquí dejo tres de entre las 18 que escribieron. He seleccionado estas tres por su brevedad.
Rocío escribió:
Esta mañana, antes de venir al examen de Historia, ha sido muy ajetreada.
Me desperté iracunda al amanecer por el ruido de los patos. No pude dormir no sólo a causa de los berridos mañaneros de los patos, sino también por las pesadillas nocturnas.
Soñé que un ornitorrinco gigante perseguía a un lagarto azul. ¡Caramba! ¡Qué cosas más raras sueño! El caso es que debí levantarme con el pie izquierdo, porque tropecé en el pasillo con el bobo de mi hermano y me di de bruces con la estantería en la que reposa la colección de mariposas de mi padre. ¡Por suerte no se despertó!
Acto seguido fui a hacerme el desayuno. Me preparé un batido con zanahorias, pepinillos y pasas porque había leído en una revista que era bueno para mejorar la concentración. ¡Error! Aquello olía a cloaca y no sé cómo sabría porque no lo caté. Menos mal que mi madre, con mucha amabilidad, me preparó un café.
Al salir de casa, metí en mi mochila mi pompón de la suerte y me fui al examen que fue larguísimo y no sabía por dónde comenzar. La primera pregunta fue explicar qué era la “democracia”, bueno, esa era facilita.
Cristian escribió:
Hace unos días empezaron los exámenes finales. Este periodo es el más feliz del curso para los alumnos, por decirlo de alguna manera.
En el examen de Lengua gallega, tuvimos que analizar un texto cuyo tema era la naturaleza.
Era un texto un poco extraño ya que pasaba de tratar de los bosques gallegos a mencionar los pepinillos o zanahorias; de los animales, como patos o mariposas y, de repente, aparecían bichos raros como los lagartos o los ornitorrincos. La verdad es que ante este texto me sentí un poco bobo ya que no me enteré de nada y no di pie con bola en las respuestas.
Cuando al fin se acabaron los exámenes, mis compañeros ya esperaban con nervios e impaciencia, algunos más que otros, la entrega de las notas, que fue un viernes. Recuerdo que la noche anterior no fui capaz de dormir, así que me levanté muy temprano y puede ver cómo el amanecer daba paso a un despejado cielo azul. Después de recogerlas, las impresiones de unos y otros al ver los resultados fueron muy distintas: algunos tenían una expresión iracunda; otros, en cambio, de tener ganas de saltar y bailar como las animadoras con sus pompones de lo felices que estaban; otros tenían un brillo en los ojos que sólo podía deberse a que estaban pensando: “¡Caramba!, aún no me lo puedo creer”
A pesar de que había gente descontenta, se impuso la democracia y nadie se dejó llevar por la rabia: todos mostraron de forma amable sus quejas y sus puntos de vista.
Ya de camino a casa mi día no acabó muy bien: metí el pie en la boca de una cloaca.
Sabela escribió:
Hoy tuve el examen final de inglés. Sabía que sería bastante fácil y por eso no estudié demasiado.
Ayer por la tarde encendí al tele y me puse a ver los documentales de las 2. Vi uno sobre animales que me gustó mucho. Aparecía un ornitorrinco y estudiaban su hábitat, fue interesante.
Para cenar me preparé una ensalada. Rayé un poco de zanahoria y piqué un pepinillo. Luego volví a la sala de estar y puse el Canal Historia: estaban emitiendo un programa sobre fascismos y democracia. A la once me fui a dormir.
Cuando me levanté el cielo estaba tan azul, era un amanecer tan hermoso que mi cuerpo se llenó de felicidad. Decidí ponerme una camiseta que tiene un pompón rosa y unos pantalones cortos. No pude calzarme los zapatos de tacón, como me habría gustado, porque tenía una herida en el pie, así que llevé sandalias.
De camino al colegio, vi una mariposa amarilla y otra de muchos colores. Cerca de una cloaca, vi un lagarto de un tamaño considerable y empecé a correr. Me encontré con Cecilia que camina como un pato después de haberse caído por las escaleras.
Llegué a clase y me puse a hacer el examen. Miguel intentó copiarme y Casto lo pilló. Y pensé: “¡Caramba, qué bobo!”
Cuando estaba haciendo el último ejercicio, la redacción, quería poner la palabra “iracundo” pero no no sabía lo que significaba, así que la sustituí por “enfadado”.
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