2010/01/30
2010/01/24
Fotografías literarias: Sopa de... Cabeceras
2010/01/23
2010/01/22
2010/01/17
Navidad y anuncios

Por lo tanto, la sensualidad, fama y atractivo de las personas que se prestan para la imagen de un perfume es esencial para venderlo, causando un subliminal efecto en la gente.
Otro motivo mucho más simple puede ser la falta de ideas. Cantidad de veces mi madre se ha visto desbordada por la multitud de regalos que tiene que hacer entre familia y amigos, buscando siempre la originalidad, pero cuando el cansancio ya le puede es típico oírle decir: “Bueno, pues le voy a por una colonia y punto.” Es un buen regalo si escoges bien, práctico, útil y de buen gusto. Acompañado como ya digo de una buena campaña publicitaria puede causar furor. La gente corriente no puede comprarse cosas de Gucci o Dolce&Gabbana, pero su nueva fragancia, si Lo de los própositos es más bien un tópico, pero lo de que todo el mundo comienza el año oliendo bien, parece ser una gran verdad.
Imagen: http://www.flickr.com/photos/adforce1/375287268/
2010/01/15
Tropezando con la misma piedra...

2010/01/12
Lo barato sale caro

Por otra parte, una vez acabadas las navidades, encontramos otro tipo de publicidad: esa que hace referencia a objetos que vienen en fascículos; el motivo, la cuesta de enero. Después de gastarnos un dineral en navidades, los anuncios nos venden un montón de cosas por poco dinero, dos euros el artículo, pero una vez empezada esa colección es difícil parar, y lo barato acaba saliendo caro, muy caro, pues los gastos ascienden a más de lo que deberían de lo que pensábamos.
La conclusión es muy sencilla: los anuncios se hacen para controlar nuestros bolsillos en una sociedad consumista, para todo hay un momento, y los especialistas en publicidad lo saben muy bien.
Navidad bañada en consumismo
Seguro que nos hemos dado cuenta de que durante estos días la televisión no ha hecho más que taladrarnos la cabeza con los míticos anuncios de siempre: que si el turrón de Suchard, los Ferrero Rocher, el Freixenet…pero los que se llevan la palma son los de colonias, ¡qué cansinos! No las he contado, pero eso de “Que j’adore” de Dior, Le nouveau parfum de Ninna Ricci, Touch of pink de Lacoste, Hugo Boss pour l’homme et pour le femme…pues lo vi y/o escuché unas cuantas veces. Eso sí, todas estas “baratas” fragancias, cómo no, van siempre acompañadas de buenorros y buenorras que nos recuerdan lo feos que son (por si por un casual se nos olvida).

Aparte del sector perfumería, algo muy curioso que se anuncia ya entrados en enero son los coleccionables. La oferta es muy amplia y variopinta, desde todos los accesorios necesarios para construir una casa de muñecas de ensueño hasta figuritas de santos y vírgenes. ¿Para qué necesitamos todo esto? Creo que para nada…es puro vicio, y yo misma caí como una tonta. Hace cosa de 7 u 8 años me encapriché precisamente por una de esas casitas de muñecas. Como mi prima tenía una, yo no iba a ser menos y enseguida me las arreglé para convencer a mamá para que yo tuviese una igual. Y así fue, poco a poco íbamos recibiendo las piezas para darle forma a la casa. Lo peor de todo es que ni siquiera llegamos a montarla. Aún hoy me duele en el alma, cuánto dinero tirado a la basura… ¿Por qué me harían caso?
Pues bien, a lo que iba, que la Navidad se ha convertido en consumismo puro y duro, y no sólo la Navidad, todo en general. Ellos nos llenan los ojos y nosotros nos dejamos convencer. Está claro que recibir un regalo hace ilusión, aunque sea un mínimo detalle, pero es que ahora hasta los cumpleaños se traducen en dinero. En mi caso, cumplí el día de fin de año y bueno, los regalos se me amontonaron (dinero, ropa, zapatos, colgantes…) y todo eso pues vale, está bien, son cosas útiles, pero todas materiales. Si tengo que elegir, me quedo con un vídeo en el que salen mis amigos felicitándome los diecisiete, haciéndome ver que les importo. Para mí, ése ha sido el regalo más grande.
2010/01/10
Consumismo navideño

En navidad, uno de los regalos más recurrentes son sin duda los perfumes. Y prueba de ello son los innumerables anuncios que invaden nuestras pantallas durante tan entrañables fechas. Son los anuncios más sofisticados, más glamourosos y más sugerentes. Y me pregunto, ¿por qué nos empeñamos en regalar tantas fragancias? La eleccion del perfume es algo muy personal, y el mismo no queda igual de bien a todos, hay que probarlos y encontrar el que se adapte más a nuestra piel. Por eso el regalo más normal del mundo es algo realmente raro y desacertado muchas veces. Desde mi punto de vista no es una cuestión de malos olores, no es que regalemos estos productos como una indirecta, sino que es un resultado de tanto bombardeo publicitario. Además, ¿por qué se anuncian tanto si no podemos olerlos a través de la pantalla? Muchas veces alentados por algún famoso, la melodía del anuncio, etc. acudimos presurosos a las estanterías de la perfumería más próxima para adquirir la fragancia de moda. No sin llevarnos alguna que otra decepción por el tufillo que desprende y lo desorbitado del precio.
Hablando de precios, tras las navidades la temida cuesta de enero trae consigo la otra cara de la moneda. Después de gastar cientos de euros en regalitos, los anuncios de colonias, juguetes y demás abren paso a los de coleccionables. Empiezan por una jugosa oferta: ¡abanicos de coleccionista pintados a mano, primera entrega 2´99 euros! Lo que no dicen es que a la segunta entrega el precio se multiplicará y que si no triunfa lo suficiente, probablemente nos quedaremos con nuestra colección a medias.
Lo cierto es que aunque digamos que la publicidad no influye mucho en la elección de nuestras compras y , aunque seamos conscientes, seguimos cayendo como moscas en la telaraña del consumismo.
Fragancias

Desde el 12 de diciembre, aproximadamente, hasta el 26 del mismo mes, de cada 10 anuncios, 9 eran de colonias.
Además he observado varias cosas que tienen en común estos anuncios que me hicieron gracia y me han llamado la atención:
-El protagonista, que anuncia la colonia, es casi siempre alguien conocido y guapísimo/a.
-La intención es influir en los espectadores para que compren el producto. Para ello, en algunos anuncios se ve claramente como el chic@ que usa determinado perfume triunfa y tiene muchos admiradores. Solo les falta poner: ´´ si compras esta colonia, ligarás más``; otros son más discretos, pero en el fondo todos transmiten esta idea.
A pesar de sus elevados precios, estos productos, en mi opinión se venden bastante, porque en caso contrario no se anunciarían tanto. Además el estar viéndolos en la tele constantemente incita a la gente a comprar.
Cuando acaba el ´´boom`` de las navidades y llegan los magos de Oriente y junto con ellos la cuesta de enero, los anuncios cambian radicalmente. Las miniaturas decorativas, fascículos… son ahora los protagonistas.
Es verdaderamente gracioso, porque parece que la gente se gasta el dinero a lo loco en diciembre y, en enero tienen que hacer números para llegar a fin de mes. Por eso la televisión es muy sabia, en las fechas en las que la gente compra hipnotizada, se anuncian las cosas más caras, y luego para calmarse, ganan protagonismo los ´´coleccionables``. A fin de cuentas, la televisión influye mucho en el consumidor.
Regalos
Durante esta época hay un cierto tipo de anuncios que lo que hacen es facilitar la elección, porque, ¿para qué te vas a esf

Me parece de lo más normal el hecho de que muchos de los anuncios publicitarios que se emiten durante la campaña navideña, sean de perfumes, cuyo propósito es animar a esa gente que piensa que quizás el regalo que tenía pensado para menganito no le guste. Con una colonia siempre aciertas, además no te tienes que esforzar mucho, ya que se encuentran en todos los lados.
Creo que además tampoco se gasta tanto en Navidad; porque sí, la gente regala, pero tampoco es que se regalen cosas fuera de lo normal. Los regalos típicos son perfumes, bombones, etc. Coincidiendo con lo que más se anuncia.
Lo que no entiendo es lo de los coleccionables que empiezan a anunciarse después de Navidad. Eso sí que me parece una tontería y una manera de despilfarrar. Debe de haber mucha gente que los compre y empiece la aventura con mucho entusiasmo, pero, ¿quién los completa?... yo pienso que muy poca gente...
2010/01/09
¿A quién no le gusta recibir regalos?

¿A quién no le gusta recibir regalos? A todo el mundo le encanta, y quien diga que no, miente. Pero hay algo que no entiendo… Parece que la gerenosidad, amabilidad, solidaridad y el detalle están establecidos por calendario: 24 de diciembre, viene Papa Noel; 6 de enero, vienen los Reyes Magos; el día de tu cumpleaños, y, si tienes suerte, el 14 de febrero también recibirás un presente. ¿Dónde se quedó el dar algo porque te apetece, por cariño, aprecio, amor y, lo más importante, sin pretender recibir algo a cambio?
Llega diciembre, y con él las campañas publicitarias que tardaron en hacerse todo un año y costaron millones, por fín salen a la luz. Pero lo peor es que paralelamente a ellas nuestra ansia de compra, de quemar la tarjeta de crédito, aumenta. Pero este año estamos en crisis, no vamos a comprar tanto… sólo vamos a gastar unos 600 euros por persona. Y a todo esto hay que sumarle los gastos de la fiesta nocturna. Pero no pasa nada, luego estaremos hasta mayo comiendo restos y quejándonos de que no se ponen soluciones para frenar la crisis.
Campañas y más campañas publicitarias durante todo el año, que se acentúan en estas fechas en las que estamos. Nos bombardean con juguetes para los niños y los no tan niños, los perfumes, colonias y todo tipo de cosméticos que si van acompañados de una “celebrity” mejor que mejor… pero lo que más me llama la atención es lo que viene después… los famosos fascículos coleccionables, que confirman ya rotundamente mi teoría de que la gente tiene un grave problema en gastar el dinero que tienen (o que no tienen) porque ¿a quién le puede interesar recibir mes a mes los muebles de lo que va a ser una casa de muñecas? El primer mes una silla, el segundo un trozo del tejado, y el tercero, una olla exprés para la cocina que aún no tienes y que es posible que nunca llegues a tener, debido a la manía de no acabar lo que se empieza. Además hay que tener en cuenta que estos fascículos que al principio son tan apetitosos, van subiendo de precio en cada entrega… en fin, es algo inexplicable.
La publicidad… ¿realmente somos tan ignorantes que nos creemos a pies juntillas que si nos compramos el desodorante de la marca apropiada las chicas se nos van a lanzar al cuello; que utilizando una gota de ese perfume que anuncia esa chica tan famosa, rica y guapa, vamos a tener más amores afortunados? La respuesta a esta pregunta es más que evidente: sí, somos así de “inocentes”… o quizás sea la disculpa que nos ponemos para saciar nuestras ansias de compras compulsivas y tener, así, la conciencia tranquila. No sé, sea cual sea la respuesta, a mi me parece muy triste. Me parecen tristes las dos caras de la moneda: la del consumidor y la de los que sacan tajada (una tajada considerable, dicho sea de paso).
2010/01/08
ANUNCIOS, ¡QUÉ GRAN INVENTO!

Pero incluso aunque no te regalen nada de esto, el simple hecho de tener que ver y escuchar a diario varias veces al día el mismo anuncio repetido una y otra vez, y después de éste otro diferente pero parecido, también una y otra vez, seguido de otro similar, y así indefinidamente, ya supone un quebradero de cabeza.
Los anuncios no se suceden al azar, y tampoco se emiten a una hora cualquiera. A poco que te fijes ves que por las mañanas sólo hay anuncios de juguetes (para los niños en rojo y azul, y para las niñas todos en rosa, por supuesto, eso nunca cambia), al mediodía estos empiezan a remitir y en la sobremesa, en la publicidad de las películas y de los programas de cotilleo, empiezan los de turrones y comida, o los de supermercados, o los de gangas... Y más tarde, a eso de las 9, los anuncios de perfumes y también los de maquillajes (aunque éstos últimos reducen su frecuencia a medida que el día 31 de diciembre va alejándose) toman el mando. Y así, a medida que la Navidad va pasando, te acabas aprendiendo todos los anuncios, porque se repiten siempre los mismos.
Como consuelo tenemos a la Primera, la que con el nuevo año trae la novedad de ser la única “cadena sin cortes” de la televisión española. Que por un lado es un consuelo, pero por otro es una lata, porque ni ir al baño se puede si se está viendo una película o algún programa nuevo, porque te pierdes, seguro, lo más interesante. Por eso casi siempre acabamos viendo las “cadenas con cortes”, a pesar de las críticas a los anuncios. Pero así somos los humanos: cuando lo tenemos, no lo queremos y cuando no lo tenemos, no paramos de pedirlo.
Y es que, ¿qué sería de nosotros sin anuncios como los de La Española, “una aceituna como ninguna” o el del Colacao? Al fin y al cabo, los anuncios sí que nos gustan y además forman parte de nuestra historia... El día de mañana nos acordaremos de aquel anuncio de Chanel que tanto se repetía, o el de Freixenet. Y le diremos a nuestros descendientes: “Aquellos sí que eran anuncios y no los de ahora”.
2010/01/07
Para comenzar el año con humor
(Fuente: http://formadores-ocupacionales.blogspot.com/)